Es común que el respeto tan profundo como el que tiene un actor por su director se confunda con algo más. Es normal quedar encantado con un actor que da vida a personajes de íntimas historias que, como guionista y director, has escrito con mimo a altas horas de la noche. Sumadas las largas sesiones de trabajo codo con codo era irremediable que sintieran curiosidad el uno por el otro. Por saber cómo pensaban. Cómo se comportaban fuera del trabajo. Cómo tendrían la casa decorada. Cómo de organizados serían sus despachos. Cuántos cuadros les servirían de inspiración cada día. Cuántos tipos de copa para vino tendrían. Cuán cómodas se les antojarían las sábanas desconocidas. O cómo de maniáticos serían con sus rutinas matinales. Se morían por saber más, y más. Cómo sería una vida a su lado. Cuántas cosas podría aprender de él despertándose a su lado cada mañana.
Tenían bien claro lo que sentían. Que nadie se atreviera a decir que confundieron sus sentimientos. Que nadie tuviera la indecencia de decirles qué era lo que ellos sentían en el momento que se dijeron el "sí, quiero". Que ni un alma les llamara insensatos o ingenuos. Porque no podrían estar más equivocados. Pero si nadie les avisaba, ¿quién les iba a decir que la curiosidad tenía fecha de caducidad?
𝗧𝗪: 𝗮𝗻𝗴𝘀𝘁, 𝘀𝗹𝗼𝘄 𝗯𝘂𝗿𝗻, 𝗶𝗻𝗳𝗶𝗱𝗲𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱.
[N/A: Esta historia fue escrita hace años, a cuatro manos y a través de un foro. Por fin le hemos dado forma para subirla en un formato más "libro" o bien fanfic ya que conserva los nombres de los idols. Es nuestra primera historia completada, que se irá actualizando cada dos semanas. Aunque la cuenta me pertenezca solo a mi, ya especifico que BLACK SWAN ha sido escrita por dos personas.]
Portada hecha por Cristina S. N, co-autora de BLACK SWAN.
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