Desde el alba de los tiempos, se ha creído que ángeles y demonios son enemigos acérrimos, entidades opuestas destinadas a encontrarse siempre en lados contrarios. Sin embargo, Aziraphale y Crowley, un ángel y un demonio respectivamente, han desafiado esta norma desde el principio. Han compartido risas, batallas, secretos y siglos de existencia, formando una amistad tan sólida y profunda que podría hacer temblar los cimientos del cielo y el infierno.
A pesar de su naturaleza contradictoria, han encontrado en el otro un refugio, un compañero, un amigo. Pero lo que ninguno de los dos se atreve a admitir, es que también se han encontrado el uno al otro... en sus corazones. Un amor tan profundo y puro que podría hacer estallar las estrellas.
Y como si el universo decidiera poner a prueba aún más sus corazones, aparece Lucifer, el ángel caído, el príncipe del infierno. Su presencia despierta en Aziraphale y Crowley sentimientos que no pueden ignorar, pero tampoco pueden admitir al principio. ¿Cómo podrán lidiar con el hecho de que también están enamorados de Lucifer?
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero