𝑻𝒖 𝒏𝒐 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒄ó𝒎𝒐 𝒆𝒍𝒍𝒐𝒔.

- ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! -. Grito, mientras lágrimas amargas de un color negro opaco caían cómo cascadas de sus hermosos ojos.

- 𝑁𝑜 𝑛𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑜𝑐𝑒𝑛...

- ¡¿Por qué nosotros los recibimos con los brazos abiertos y ellos nos dan la espalda?! -. Volvió a gritar, sin saber que ciertas personas lo escuchaban.

- 𝑁𝑜𝑠 𝑗𝑢𝑧𝑔𝑎𝑛...

- Debería ir y sacar de mi país a todos los inmigrantes -. Hablo con rabia .- ¡Al igual que ellos! -. No era verdad, ellos eran parte de su gente, a pesar de todo.

- 𝑁𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑜.

- ¿Por qué no? -. Preguntó, cansado de todo.

- 𝘗𝘰𝘳𝘲𝘶é...

- ¡¿Por qué no?! -. Grito una vez más, harto de llorar, de ser el débil, al que pisotean siempre.

-𝑃𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑢 𝑛𝑜 𝑒𝑟𝑒𝑠 𝑐ó𝑚𝑜 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠, 𝑽𝒆𝒏𝒆𝒛𝒖𝒆𝒍𝒂.