Tras tres largos años de intensa lucha contra el sistema judicial, finalmente la verdad salió a luz y un joven huérfano limpió su nombre, gracias a un grupo de personas que creyeron en él y no descansaron hasta obtener la justicia que merecían. Los personajes de Candy, Candy ni me pertenecen, son propiedad de sus creadoras Kioko Misuki y Yumiko Igarashi.