Sam ha logrado construir una familia junto Mathew y Mía. El fantasma de May y la extraña llamada que recibió hace un año la tienen confundida, nerviosa y muy sobre protectora con su familia, sin embargo una difícil misión le fue asignada y debe dejarlos por tiempo indefinido. Pese a las advertencias de Mía, de su jefe e incluso luego de conocer que ningún otro agente estuvo dispuesto a aceptar la misión, ella no la rechaza al contrario por lo peligrosa le resulta más atractiva. Lo que Sam no se imagina es que quizá la misión sea más de lo que esté dispuesta a soportar, la pondrá al límite, descubrirá verdades para las cuales no estaba preparada y tendrá a un aliado que jamás se imaginó. Sam deberá tocar el fondo para resurgir de sus propias cenizas y de las que sigue cargando sin importar cuánto tiempo pase.
Cuando dos almas se tienen que encontrar, el destino acerca los mundos, borra las distancias, une los caminos y desafía lo imposible.
Y tú, ¿crees en el destino?