Hay un chico, hermoso, popular, falso, y mi obsesión. Mi culpa. Probablemente mi condenación. ¿Eso me detuvo? ¿Me importa? No y no. Hay una línea entre el bien y el mal, moralidad e inmoralidad. Y luego está él. Él dice que me odia, digo que lo odio también mientras lo atrapo, lo poseo, lo hago todo mío. Joaquín está fuera de los límites, yo no tengo ninguno. •ADAPTACIÓN•