-Gustav, escuchame. -La rubia lo detuvo - necesito decirte algo...- fue interrumpida. -¡No! Hace meses, cuándo no llegaste al aeropuerto dejaste todo muy claro, Camille. -El de lentes estaba molesto y sus ojos comenzaban a cristalizarse al recordar lo sucedido. -Lo siento. -Camille bajó la mirada sintiéndose culpable de la actitud del chico frente a ella. -No hay nada que pueda decir o hacer para demostrarte lo que significas para mi, nunca pude convencerte de eso. -La respiración del rubio se aceleró. -Ya lo hiciste. - Lo miró a los ojos-. Sé que te decepcioné, pero no será así ahora. -Gustav dio media vuelta dispuesto a irse pero una suave mano tomó la suya deteniéndolo.- Ésta vez no te dejaré ir.