Oliver odia a Victoria, lleva años haciéndole la vida imposible. Victoria odia a Oliver, le parece un niñato mimado sin problemas. Pero, cuando se pierden en New York y tienen que pasar 22 horas juntos, las cosas comienzan a cambiar. Ya en casa, el odio sigue tangible, pero poco a poco comienza a mutar a algo totalmente desconocido para ellos. Terceras personas, orientaciones sexuales desconocidas y odios infundados se mezclan en esta novela tan caótica y divertida.