Cuando las cosas están destinadas a pasar no hay fuerza humana que pueda parar lo inevitable.
Esmeralda desconocía esa frase cuando terminaba con sus novios por miedo a salir lastimada.
Dos años de su última ruptura conoce a Ricardo en un accidente, en un flechazo a primera vista ambos quedan hipnotizados sin ser consciente de lo que les deparaba en un futuro.
Sin miedo a lo porvenir deciden conocerse para en unos meses casarse dejando de la lado la convicción de Esmeralda a no tener nada serio con nadie.
Ella pensó que su vida a su lado sería perfecta, pero estaba equivocada.
Pensó conocer a su marido, pero resulta que no era así; el guardaba un secreto, un secreto que lo cambiaría todo.
Historia narrada por Esmeralda.