Harry sabía que eso no era lo correcto, que solo se estaba aprovechando de la situación y de la debilidad del rubio. Pero ya había llegado tan lejos que no podía parar. Tener al mismísimo Draco Malfoy debajo de él le resultaba excitante y era lo que había deseado por tantos años que no importaba ser la segunda opción o solo el reemplazo de una noche. ¿Y qué si era solo por despecho? Harry no amaba a Draco y Draco no amaba a Harry, no había sentimientos innecesarios que les impidiera disfrutar de una noche de sexo.