Nunca me sentí pertenecer a un sitio, nómada, extraña, diferente, incompatible, más nunca infeliz; tal vez era mi curiosidad, mi inquietud, aquello que no me permitía quedarme, mantenerme en un punto, establecer ciertos lazos, tal vez la sociedad, distante, sistemática la cual repele lo diferente, o quizás fue algo mucho más profundo, una mezcla de luz y oscuridad, algo tan distinto pero tan atrayente, y, al fin y al cabo, ¿no todos tenemos parte de ambas?All Rights Reserved