Quien diría que esta travesía empezó en las calles de Roma, con una taza de café, una cafetería sin lugar, un maletín de cuero y mi inminente torpeza al caminar ( o al menos eso creí)Quien pensaría que esos ojos avellana iniciarían TODO y el dueño de estos una conversación agradable. En mi corta vida pensé que solo unas horas iniciarían una historia llena de amor, dolor, felicidad, enojo, tristeza y sobre todo paz. El llego en el momento perfecto y todo con tan solo una taza de café.