Todas las historias románticas que me gustan empiezan por una casualidad y esta no iba a ser diferente pero quizás las cosas no sean tan sencillas. Porque esta historia empieza con una aventura. Una persona que se anima a cumplir una promesa que se hizo a si misma tiempo atrás. Otra que ha empezado a perder de vista su sueño. Las cosas siempre se complican pero todos tenemos esa persona que puede hacernos comprender que son lo más bonito que podía pasarle a nuestra sonrisa, esa que creíamos perdida.