Emma Willers es una chica que creció rodeada de golpes, agresividad, de machismo. Su padre, George Willers, golpeaba a su madre hasta estar satisfecho, y su madre, siempre se lo permitió.
Emma, al querer escapar de esa vida que llevaba, acepta la propuesta de matrimonio de Alex Roust, un chico dulce, agradable, caballeroso; para la vista de muchos, podía ser el chico perfecto. Pero la actitud de él cambia cuando se deja controlar por los celos.
Ella solo quería un matrimonio normal, quería alejarse de los golpes, del maltrato, del machismo, de todo lo que ha vivido a lo largo de su vida ¿Lo consiguió?
Emma nunca había logrado entender el porque su madre se dejaba golpear, pero con el tiempo, comprendió a su madre. Ella soportaba todo eso para que el hombre al que amaba se quedará a su lado, para que no se buscara a otra mujer.
-No llores angel, ¿Quien te ha hecho tanto daño? -dice desde la sombras, la luz se ha apagado con el llanto del ángel.
-Aquel demonio -señala limpiando sus lágrimas-. Lo siento, debí tener más cuidado.
-El es quien debería tener más cuidado.
La sonrisa del diablo se ensancha, sabe que no hay nada que pueda impedir que lo haga sufrir, que torture a quien daño el ala de su ángel, quien astillo su dulce corazón.
No hagas llorar al ángel, no querrás obligar al diablo a salir del averno para ver la sonrisa de aquel angel que lo atormenta en sus sueños.
No querrán ver cómo los hace sufrir por separarlo de quién mantenía con luz el averno, que mantenía en cautiverio a la bestia.
El destino nos depara cosas inciertas, el camino puede ser largo y espinazo. Ten cuidado cuando hagas tropezar al ángel que te sigue y lo hagas llorar no querrás ver la venganza que tiene el diablo preparada para ti.