Julián vive sus días añorando la cercanía de sus familiares y de su amado empleo, pero por un patético accidente y las mentiras de Vladimir es encerrado en un manicomio junto a Richard, su mejor amigo. Todos dicen que él no existe. Dicen que es un trastorno de estrés postraumático o son sus deseos juveniles incumplidos que añoran retornar. Se equivocan. Richard no es nada de eso. Él es real o así lo ve, lo escucha y lo siente Julián. Richard es su confidente, a pesar de su corta edad. Él le brinda el valor para afrontar la crueldad de la vida, ¡lástima que Richard habite en el cuerpo de Julián!All Rights Reserved
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