Desde chica siempre tuve esta sensación de que tengo que ser una buena niña, debo hacer todo bien para que nunca puedan criticarme, mi ética de vida debía ser la de en redundancia ser la chica buena, la que todos iban a querer, la que todos iban a elegir. Tanto puede una sociedad llegar a domesticar a las mujeres que deben llenarse de tabúes hasta para algo tan simple y bonito, además de natural como lo es el sexo. Es por eso que decidí contar mi experiencia desde que tengo memoria en esto de los temas sexualizados o realmente relacionados con el sexo desde mi punto de vista como mujer.