Cambio de planes.

Amaya Ortiz y Gilem Allende habían vivido entre lujos. Él era uno de los empresarios más famosos y prósperos que había en el momento, y ella la hija de otros empresarios famosos. Sus padres le consiguieron trabajo en la empresa de Allende una vez que terminó la universidad, pero lo que no se esperaba es que se la iban a jugar: la iban a obligar a contraer matrimonio con él "por el bien de las dos empresas". Ella sentía que le arrebataban la vida por completo, todos sus sueños, sus planes, su futuro...

Pero es que, ni Gilem está tan bien como aparenta, ni ella es tan malcriada como él piensa.