-',✎ Kaeya estaba cada vez más harto de aquella situación, cada día, cada hora y cada minuto de su vida mantenía una cara agradable para todos los lugareños de su amada Mondstant, siendo servicial, sociable y divertido como un hermoso Omega debería ser pero a su vez, intentaba mantenerse a la distancia para que nadie viera la otra cara de él. No quería que vieran, el monstruo que era, lo detestable y asqueroso como se lo había hecho tantas veces su amado "hermano", Diluc. Y por más consciente que estuviera, él le creía a aquel Alfa. Le creía cada vez que le pedía que se alejará cuando lo intentaba cuidar, le creía cuando le gritaba que lo odiaba, le creía que desearía que estuviera muerto, él en verdad lo hacía (...) Porqué era lo menos que podía hacer después de no haber estado con él, en aquel fatídico día.
Sin embargó, sus sentimientos no eran de hielo y comenzaba a cansarse. No iba a aguantar más que el odio de aquel Alfa, ni tampoco que su corazón siguiera manteniendo una ilusión por el amor de él.
Y se reafirmó, con la última discusión con el mayor.
Jungkook, un alfa que estaba pasando por un gran problema, pues no sabía que hacer para evitar a toda costa el matrimonio que sus padres querían llevar a cabo.
Una noche, se encuentra con un chico que está pasando por un gran problema, ese hermoso Omega que lucia inocente.
Jungkook lo pensó una, dos, tres veces. Pero no hizo lo que se le ocurrió.
Después de unos días, volvió a encontrarse con el mismo Omega, y que más daba, ambos pasando por un problema. ¿Y si mejor se unían?
-Pero por favor no te enamores-
-Solo acepto esto porque lo necesito-
-No te enamores-
-Lo mismo digo.-