En un mundo dividido por seis continentes, cada uno moldeado por un elemento primordial, la magia de Eldara fluye en equilibrio, mantenida por razas únicas que luchan por proteger su legado. Sin embargo, la profecía del regreso de Ar-Than, un antiguo ser corrompido por la magia oscura, amenaza con desatar el caos.
Durante la alineación de las lunas gemelas, Selya y Nyra, las barreras que contienen a Ar-Than comienzan a debilitarse. Las fuerzas del bien y el mal se enfrentan por el control del Cetro de Ar-Than, un artefacto capaz de liberar al destructor o detenerlo para siempre.
Mientras los vientos de Anerion rugen, los bosques de Sylvandor cobran vida, los volcanes de Zarathor arden y las aguas de Aqualis se alzan, los héroes y villanos de este mundo luchan por decidir el destino de Eldara. En medio de este conflicto, un Alvarin, un ser de luz pura, toma el cetro, poniendo a prueba el límite entre la luz y la sombra, el bien y el mal.
El destino de Eldara pende de un hilo. ¿Podrán sus habitantes preservar el equilibrio, o caerán bajo la sombra de Ar-Than para siempre?.
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y pauta como se le ha indicado. Un pueblo donde no se recibe con mucha gracia a los recién llegados así que cuando Los Steins se mudan a su lado, Leigh no puede evitar sentir curiosidad.
Los Steins son adinerados, misteriosos y muy elegantes. Lucen como el retrato perfecto de una familia, pero ¿Lo son? ¿Qué se esconde detrás de tanta perfección? Y cuando la muerte comienza a merodear el pueblo, todos no pueden evitar preguntarse si tiene algo que ver con los nuevos miembros de la comunidad.
Leigh es la única que puede indagar para descubrir la verdad, ella es la única que puede acercarse al hijo mayor de la familia, el infame, arrogante, y frío Heist.