Yugi Tsukasa nunca fue muy fanático de los relámpagos. Más bien, le aterraban. Siempre-desde que era un pequeño niño mortal lleno de ilusiones-cuándo llovía a cántaros deseaba con todo su ser que no cayeran relámpagos; el sonido de estos aterraban demaciado al pequeño, por lo que cuando estos se presentaban acostumbraba a correr por la casa en busca de su preciado escondite: los cálidos brazos de su madre. 「 Dibujo de @/RRR_205_Radar on Instagram 」All Rights Reserved