Lola no tenía ni idea de que ese extraño melancólico escribiendo en la esquina de su bar iba a cambiarle la vida. Esa noche, ella solo vio a un niño y lo invitó a un whiskey. No sabía que ese niño que solo se presentó como Villa se convertiría en Juan Pablo Villamil y sería una estrella. Esa noche , solo era un niño. Y ella se dejó conmover por él, por su voz y sus canciones. Ella lo dejó entrar. Luego, él le rompió el corazón.