Eran amigas, claro.
Amigas que se aman
Amigas que se desean
Amigas que no dejaban de mirarse los labios
Amigas que se estaban quemando, de la pasión que sentían.
Amigas que no querían salir lastimadas
Eran cómplices de sueños
Aparecían en sus fantasías
Adornaban un te necesito, con un te quiero
Se buscaban, se encontraban, se miraban, se tocaban, eran roces "Inocentes", de amigas.
Por qué ser pareja no estaba a su alcance. Por qué querían pero no podían. Se querían y no se podía
Eran amigas, amigas con miedo de herirse, con miedo de que su toque fuera muy rudo y rompieran a la otra. Tenían una cantidad increíble de miedo. Pero claro, eran amigas. Alice estaba con el corazón terriblemente roto, Aileen se estaba rehabilitando del exceso de cursilería y romanticismo que Amanda había causado en ella. No se buscaban, no querían encontrarse, por que entonces sería la mayor hecatombe del universo de ambas. Eclosionaron el uno con el otro volviéndose uno, eran un desastre, un desastre que no estaba destinado a suceder pero habían decidido escribir su propia historia. Esta es una fracción de su historia, porque lo que se sintió no se puede describir, fue tan grande, tan devastador que no encontré palabras para plasmarlo. Aún las sigo buscando.
Quizás te habían dicho que es un abogado novato, pero no es verdad. Es el diablo en persona: ruso, millonario, codiciado, peligroso y sin escrúpulos. Así se describe Cassian Rostov, un abogado de la mafia. Las leyes del abogado perderán su rigidez cuando él se encuentre cautivado por la esencia de una mujer que, a pesar de su apariencia juvenil, posee la fuerza y la pasión capaces de derretir hasta el corazón más endurecido." En el mundo sombrío de la mafia, la debilidad toca a la puerta de un abogado temido: una chiquilla inocente que despierta un amor prohibido."