¿Qué pasaría si pudiésemos compartir nuestras capacidades? Eso sería genial, ¿verdad? Pero, ¿y si un día tu tío muriese, dejándote un increíble set de habilidades que incluyen robar bancos, escapar de situaciones riesgosas o incluso infiltrarte como un verdadero espía? Bueno, ese es justo mi caso.