Bipolaridad tipo 1, así había sido diagnosticada desde los 15 años cuando entre en un estado maníaco, mis días lúcidas eran un regalo ya que por desgracia eran los únicos que recordaba, ahora tenía 20 años y mi vida estaba pasando ante mis ojos estando dentro de un hospital psiquiátrico, mi familia me había alejado del mundo al que pertenecía desde hace dos años, cuando entre en un momento oscuro, mi lado maniático se hizo presente, me perdí de la realidad, y me deje llevar por la sangre que corría en mis venas, mate a más personas de las que recuerdo con solo una navaja, cadáveres debajo de mí, sangre por todo mi cuerpo y yo no lograba recordar nada.
Mafias me rodeaban, mi padre es el Boss de la mafia rusa y a mí como su única hija me tocaba heredar todo su maldito imperio, mi enfermedad me frenaba lograr ser una de las mujeres más poderosas, nadie me creía capaz, porque era una maldita loca que no podía manejar su mente como lograría manejar un imperio completo, mi cabeza dolía y estaba comenzando a perder el control de nuevo sentimientos de odio invadían cada milímetro de mi piel, la tristeza se hacía cada vez más fuerte y de nuevo me perdía en un hoyo negro donde no sabía cómo salir.
CONTINUACIÓN DE FRAGILE BALANCE DE LA SAGA CORAZONES FRAGMENTADOS.
El amor no siempre muere con el último aliento. A veces, queda suspendido en el tiempo, latiendo en cada sombra, en cada susurro del pasado que se niega a desvanecerse.
Han pasado años desde aquella noche en la que el frágil balance se rompió. Katherine Blackwood debería estar muerta, pero el destino tenía otros planes. Ahora, en un mundo que no deja de recordarle lo que perdió, debe aprender a vivir con las cicatrices de una historia que nunca se cerró por completo.
Adhara crece con el físico de su padre y el peso de su ausencia. Las promesas incumplidas siguen persiguiéndola. Y cuando el pasado regrese con fuerza, Katherine tendrá que enfrentarse a la verdad que siempre temió: algunos amores nunca desaparecen, solo se transforman en ecos de lo que una vez fueron.
Pero... ¿qué pasa cuando esos ecos comienzan a gritar?