Nadie habla, nadie adorna, nadie sale ni se asoma, Todos tras las puertas van recordando la historia, Porque desde aquel suceso, Basta una calabaza para que acabes muerto. Dulce... sabe tu sangre, Truco... el que hacen en tu cuerpo, Si no quieres que te maten, No olvides porqué el Halloween lo prohibieron. . . .