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41 Partes ContinÚa -ÂŋQuiÃĐn es mi Omega? -gruÃąÃģ Harry, su voz grave, ronca, con un filo de amenaza en cada palabra.
Draco no respondiÃģ de inmediato, su orgullo luchando contra su cuerpo.
Entonces un dedo lo rozÃģ justo ahÃ, provocÃĄndole un espasmo que lo dejÃģ sin aire. El Omega gimiÃģ, desarmado, empapado, rendido.
-Te hice una pregunta -volviÃģ a gruÃąir Harry, esta vez mÃĄs cerca de su oÃdo-. SÃĐ sumiso... sÃĐ mÃo.
Draco lo mirÃģ con los ojos empaÃąados, temblando, resistiÃĐndose... pero sus caderas ya se movÃan buscando mÃĄs.
-TÚ... tÚ eres mi Alfa -susurrÃģ por fin, derrotado en el Único lugar que aÚn se negaba a rendirse: su voluntad.
-Dilo bien -le exigiÃģ Harry, mientras con una caricia lenta y tortuosa lo volvÃa a hacer gemir.
Draco chillÃģ bajito, su cuerpo perdiendo el control.
-ÂĄSoy tu Omega! -gritÃģ, aferrÃĄndose al cuello de Harry, araÃąando su espalda-ÂĄTuyo, solo tuyo!-
Harry lo gruÃąÃģ entonces, satisfecho, su alfa rugiendo de placer por oÃr lo que tanto ansiaba.
-Eso estÃĄ mejor -dijo con una sonrisa oscura-Ahora sÃĐ un buen Omega... y quÃĐdate exactamente asÃ.
La verdadera tortura apenas comenzaba.
Y Draco lo adoraba.