Él estaba de fiesta, mientras ella nacía, sin embargo su llanto, penetró en sus oídos, más que la música de ese lugar.
Ha pasado mucho tiempo, pero ella conserva los mismos ojos miel―quizá incluso más miel―, la misma melena castaña y rizada, la misma nariz definida, idéntica y perfecta dentadura.Esta tan guapa como la primera vez, pero algo sí ha cambiado, ya sé a hecho mujer, esa sonrisa que lucía a todas horas, ahora solo la disfrutan unos pocos privilegiados; esos ojos llenos de vida y aventura, son maduros ya. Sé que me ha visto a través del cristal, y se ha acordado de mí, sin embargo, ha apartado la vista, con resignación.Nunca podré olvidar como aquella niña pudo hacerme sentir tanto, ¡le sacaba por lo menos catorce años de edad por dios! Maldito degenerado… Todo empezó aquella tarde en el campo de tiro, se veía tan interesante y segura, tan intensa y responsable...no podía quitarle la mirada de encima, en verdad me sentía un loco, pero mis ojos parecían no sentirse así. Cada quince días la veía, era tan feliz ese fin de semana en el que ella estaba aquí…