Transfuga

En un rincón de la noche más oscura, cuando las sombras eran mi única compañía, decidí enfrentar al silencio que quedaba después de su partida.

Con una botella de vino barato aún sin descorchar y una montaña de papel en blanco, me sumergí en un exilio autoimpuesto, escapando de la realidad que me había dejado atrás.

Escribí lo que mi soledad me dictaba, pero a medida que las palabras fluían, algo comenzó a cambiar.
La penumbra que me rodeaba dejó de ser un abismo, convirtiéndose en un puente hacia algo nuevo.
La tinta derramada en aquellas hojas ya no solo narraba cicatrices, sino también la sutileza de la luz filtrándose por las grietas.

Tránsfuga es la crónica de un alma que se extravía y regresa, un viaje desde la melancolía hasta la reconciliación.

En estos versos, encontrarás las huellas de la desesperanza, pero también el nacimiento de una calma inesperada.
Ya no escribo solo sobre la ausencia, sino sobre el renacer, el redescubrimiento de la vida en la quietud del amanecer.
Aquí, en este espacio entre el adiós y el despertar, es donde he encontrado algo más que palabras: he encontrado la paz.