Addison y Jackson tienen algo en común: La soledad. Jackson tuvo que ver como su madre se iba a otro país para poder conseguir una mejor calidad de vida, vive con su tía y su tío, quién le recuerda constantemente que nada le pertenece. Addison se convierte en el centro de bromas de toda la escuela, tras haber mandado, entre risas y unas cuántas copas demás una foto suya. Cuándo ambos sienten que ya no pueden más... una canción, una mirada, una sonrisa... Y un salón de pintura será cómplice de su encuentro.