Jisung corrió, sintiendo que se encontraba sobre arenas movedizas, tan lento su avance que no parecía moverse de su lugar. Tropezando, llegando a esa entrada en la cual había luz blanca, tan cegadora que, por un momento, Jisung no pudo ver nada hasta que distinguió una mano extendida hacia él, intentando alcanzarlo.
-Hannie-volvió a sonar en un suspiro aliviado.
Jisung extendió la mano, dispuesto a tomar la que se le ofrecía, ir hacia donde estaba aquella voz o atraerla consigo. Las sombras cerraron sus brazos en torno a su cintura llevándolo lejos, haciendo que un grito se quedara ahogado en su garganta mientras la luz se atenuaba, siendo alejada por más sombras que la consumieron.
Jisung cree que gritó un nombre, pero no podía escuchar su voz, ni siquiera era capaz de sentir las letras formando la palabra en su boca. Todo fue silencioso, sumido en oscuridad, hasta que sonó la campana y la luz volvió a encenderse.
-Todo estará bien.
...
Donde las pesadillas que Jisung y sus amigos tienen nacen a partir de algo que han olvidado, algo que alguien les hizo olvidar, hasta que el celular de Jisung hace estallar las ventanas.