Anne Cox, era una mujer estéril decidida a tener un hijo
fuera como fuera.
No importaba como, ella deseaba tenerlo.
Recurrió a varios especialistas y múltiples tratamientos:
Ninguno funciono.
Cuando estaba a punto de darse rendida conoció al brillante
medico Dess Styles, el trataba de inventar el tratamiento de fertilidad más
efectivo hasta el momento: lo consiguió.
Anne se caso con él, de alguna manera solo fue por tener al bebé…
Pero le juro ante Dios que lo amaba, cosa que era mentira.
Un primero de febrero un niño nació: Harry fue su nombre.
Pese a que el tratamiento no tuvo daños colaterales, el niño
era sano y fuerte solo había un problema… Harry tenía un útero.
–Tranquila Anne, solo habrá problema si Harry sostiene relaciones sexuales con otro hombre.
–Mi hijo será heterosexual, eso no pasara.
Con el paso del tiempo Anne se divorcio de Dess y encontró a
un nuevo amor: Robin.
No sabía que al hacerlo, su preciado hijo también lo encontraría
en alguien de su mismo sexo.
– ¿En qué puedo creer?
–En mí.