Comencé a sentir ese sentimiento que se estaba volviendo común en mí. Miedo. Escuchaba las voces susurrantes en todos lados a pesar de que ahora me encontraba lejos de aquel espejo. Lo que hice ya no tiene remedio y lo que más me entristece es saber que pude haberlo cambiado. Si no hubiera abierto aquel paquete, sino hubiera visto a través de ese espejo, todo habría sido diferente, hubiera tenido amigos como cualquier adolescente normal, no hubiera vivido asustada los últimos dos meses de mi vida. Escucho su voz llamándome aunque realmente no sé si es real o estoy dentro del espejo, él está golpeando la puerta, esperando a que abra o que conteste pero, no quiero que me vea morir. Pido al espejo que me muestre mi vida, me la muestra en un rápido minuto. Miro el reloj, me quedan cinco segundos de vida. 5, 4, 3, 2, 1...