¿Por donde empiezo? Tal vez mi nombre.
Abby, mi nombre es Abby, aunque últimamente todo lo que lograba describirme es cancer de pulmón, la libertad de ser feliz y respirar más de diez minutos sin toser no era lo mío.
Lo mío era comer gelatina en el hospital mientras esperaba mi día, aunque no es tan malo como suena, de hecho cuando tienes pocas posibilidad sueños pequeños se convierten en grandes.
También llegó el, su nombre estaba al lado de esperanza y alegría, lo que tanto ansió, pero sabía que no debería estar cerca de él, a una persona sana, pero... ¿Quien sabe que puede pasar cuando conoces a una estrella fugaz?