Tal vez escribir mi historia nunca estuvo en mi lista de prioridades. Tal vez, muchas veces me repitieron que sería necesario hacerlo, que sería todo un logro, y de lo más interesante. Yo, la verdad, nunca he pensado en el éxito. Ni en que la razón primordial para escribir debería ser este. Yo, una adolescente en pleno siglo XXI, siempre he pensado que la razón para escribir no es otra que desahogarme. Y ahora, necesito hacerlo. Y esta es mi historia. Una como tantas otras que podrías leer, que te vas a cruzar en tu vida, y que probablemente de aquí a unos meses no recuerdes. Pero es necesario, para cerrar etapas.