Había pasado apenas un día desde que Ryuunosuke se fue de la seguridad de su hogar para vivir con Atsushi ahora que ambos consumaron su unión como Alfa y Omega. Chuuya traía un humor de los mil demonios y el hecho de que Dazai estuviera detrás de él con la loca idea de enamorarlo tampoco ayudaba mucho que digamos. Él no iba a darle una oportunidad a ese estúpido Alfa, oh no, eso jamás... ¿Cierto...?