Él era la droga que pronto lo llevaría a la perdición, como todo lo que no puedes tener y aún así lo deseas más de lo que nunca deseaste algo antes, pero la cosa era que Joaquín nunca había deseado algo con tanta intensidad como lo hacía con Él y tampoco había experimentado esa sensación que establecía el miedo, el amor, lo enfermizo, la obsesión, hasta que lo conoció.