Desde que Ashanti posee raciocinio, sus padres la han cobijado bajo dos reglas inquebrantables: la primera es que jamás hay que rebelarse contra la familia y la segunda es que mezclarse con gente blanca, siendo ella negra, de manera romántica, no hará más que colmarla de problemas.
No obstante, estas pierden peso cuando acepta un trabajo como camarera en una variopinta islita en el Caribe y, en su primer día, conoce a Bastian, un joven saxofonista que, además de ser caucásico, despierta en ella todas las alarmas de peligro que se encargó de apagar cuando parece denotar sentir algo por su persona. ¿El problema? Que el sentimiento es mutuo.
Sería sencillo pensar que, si se aman, ninguna adversidad tendrá la capacidad de ponerlos en contra si se esfuerzan en hacerle frente, pero lo cierto es que, recorriendo los senderos del amor, rara vez no surgen socavones que ponen a prueba no solo lo que los involucrados experimentan en sus relaciones, sino si estas les benefician tanto como en un principio creyeron que lo hacía.
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💖 Mini-obra escrita para el concurso: «Y así fue como el amor ganó» con el disparador 1. 💖
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Increíble portada realizada por @FamiliaCactus
🏆 Obra ganadora del tercer puesto en el concurso «Y así fue como el amor ganó».🏆All Rights Reserved