Tiempo ha transcurrido desde aquella infernal guerra. El continente que, antiguamente conformado por cinco reinos, por diez largos años se vio azotado por muerte y sangre finalmente había logrado alcanzar esa era de paz que tanto añoro. La guerra había asolado aquella tierra. El dolor y el sufrimiento por mucho azotaron los corazones de sus habitantes. Se exigía un culpable. Alguien habría de asumir el castigo por tan abrumadora oscuridad. Y, tal castigo fue aceptado por quien ya no poseía nada que pudiera perder.
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