"Sólo tú", dos palabras tan... indescriptibles.
Dos palabras que pueden hacerte sentir todo y nada a la vez.
"Sólo tú eres la dueña de mi corazón"
"Sólo tú lo sabes"
"Te amo solo a tí"
Y un sin fin de oraciones relacionadas con la frase "Sólo tú".
Sólo se queda en eso, en palabras, en la nada.
Y aunque en el momento te sientas especial, con el tiempo, te das cuenta de que no es así. Que todos somos reemplazables.
De que un 30% de las cosas que decimos durante el romance, no son reales. Y lo peor de todo, es saber que somos temporales en la vida de cualquiera.
Luego, despertamos, y cuando esto pasa, llegan los típicos: "no fue mi intención herirte" "lo siento tanto ¿me perdonas?" "solo te amo a ti, solo fue un pequeño desliz".
Pero, la verdad es que, no podemos. Por más que intentemos creer en sus palabras, siempre quedará esa inseguridad y el rencor que nadie quiere admitir pero que siempre está presente.
Lamentablemente, ya no volvemos a creer en el "Sólo tú".