Mi vida solía ser perfecta. Tenía la casa perfecta, la ropa perfecta, las notas perfectas, las amigas perfectas, la familia... ok, mi familia si era imperfecta desde mucho antes de caer en la pobreza. Mi padre, el gran Héctor Alcázar, el conde de Alcázar y Toledo, el dueño de las bodegas de vino más importante y prestigiosa de España, el hombre con la familia más perfecta y armoniosa ante las segadoras cámaras de la prensa... Si supieran la verdad de esta familia pagarían balcón para verla. ¿Cuánto estarían dispuestos a pagar para ver un escándalo de este tamaño? ¿Y cuánto nos podría costar a nosotros este escándalo?All Rights Reserved
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