Nicolas Deker no era el primer novio de mi hermana Carol y cuando lo conocí pensé que tampoco sería el último, después de su primera pareja las relaciones para Carol se volvieron fugaces, pero Nicolas parecía entenderla mejor que los demás, cuando ella estaba triste él solo aparecía en la puerta de nuestra casa buscándola, no podía creer que le escribiera a él para contarle sus problemas cuando a mí no me daba ni la hora. Solo en unos días Nicolás Deker tenían lo que sentí que yo no podía conseguir con Carol sin importar cuanto me esforzara, cuando él más se acercaba yo sentía que más me alejaba. Sabia que algo me ocultaba, discutimos, peleamos le prometí que me quedaría a su lado y eso hice cuando rechace la beca de arte a un curso avanzado lejos de casa, todas aceptaron su buena fortuna menos yo, no quería que esa brecha creciera. Siempre pensé que yo era la única que podía ver y entender a mi hermana, pero hacia un tiempo ya no estaba segura de eso. Aunque las personas a su alrededor no se daban cuenta, yo sabía que Carol se esforzaba más que nadie para ser como los demás, siempre quería ser aceptada y nunca parecía suficiente, no entendía ¿cuánto más necesitaba?. No fue hasta hace poco que me di cuenta de que no se trataba de eso, no eran los demás y no importaba cuantas personas la rodearan, era ella quien no se sentía parte de un grupo o de un lugar, estaba perdida, como si no supiera a donde pertenecía. Carol soporto una vida en un mundo al cual no pertenecía, pero cuando encuentra su lugar en este mundo junto a su mate yo no siento que sea parte de todo esto y debo olvidar a mi hermana al menos de que me convierta en una marca, dentro de un juego enfermo de selección de marcas. Aunque no elegí terminé en ese lugar a la fuerza.
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