Solo una noche basta para desatar un dulce deseo que amenaza en arrasar con todo lo que Maddox Hunt y Leigh Turner conocen.
Cuando Maddox Hunt y Leigh Turner se enredan en un encuentro pasional de una noche jamás imaginaron que volverían a encontrarse, sin embargo, el destino tenía ya sus jugadas planeadas y cuando él solicita al mejor elemento de seguridad de la empresa "Turner" nunca imaginó que la mujer que mandarían a cuidar su espalda sería aquella preciosa mujer que esa noche lo hizo delirar en un dulce deseo que no puede saciarse con nada.
Él, Maddox Hunt, uno de los magnates más importantes de New York, dueño y director general de la empresa de modelaje más importante y reconocida del mundo, la academia "Blue". El magnate ha comenzado a ser acechado, su vida peligra y es obligado a tomar medidas: debe contratar el mejor equipo de seguridad que exista sobre la faz de la tierra.
Ella, Leigh Turner, el mejor elemento de seguridad de la empresa "Turner". Tan hermosa y letal al mismo tiempo, tan orgullosa pero preciosa y enigmante. La guardaespaldas es la mejor en su trabajo, sin embargo, por primera vez en mucho tiempo su labor se ve interrumpido cuando un nido de sentimientos, emociones y sensaciones comienzan a apresarla en un deseo desenfrenado y peligroso.
El deseo no conoce límites y bien dicen que cuando más te niegas a algo es mucho más probable que ese algo se impregne en ti.
Un solo deseo inicia esto y solo el destino definirá si es amargo o dulce, atracción o deseo, odio o amor.
Todo rey necesita a una reina en su tablero. Maddox Hunt es la prueba de ello.
La partida de ajedrez inicia y las piezas comienzan a moverse revelando los movimientos que por años se han mantenido en las sombras.
LIBRO II SERIE MAGNATES.
SE PROHIBE SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...