Dicen las leyendas, que cuando una persona fallece permanece en un limbo, sin cuerpo durante 49 días antes de la reencarnación. Es así, como durante 49 días luego de su repentina muerte, Sakura verá a sus seres queridos aceptar su partida y lidiar con el duelo, sin embargo, hay uno de ellos que ni siquiera parece querer intentarlo.