¿Quién dijo que en la vida todo es color de rosas?.
En mi caso es más gris de lo que tendría que ser.
Mi vida es una porquería. Me considero una maldita adicta, no encuentro una solución, se me es difícil.
Mis padres, ahí empezó el problema, ellos son narcotraficantes, prácticamente los más buscados, hasta ahora.
No tengo muchos amigos, ya que después de todo, soy prácticamente una ‘mala’ influencia, todo cambia cuando tengo problemas con mis padres, y lo conozco a él, la razón de mi existir, la cual hace que mi vida de un giro de 180°.