Karla era ese tipo de chica que tenía una vida privilegiada y envidiada por otros, con padres adinerados que le complacían todos sus caprichos y le daban todos los gustos, buenos padres que siempre estaban atentos a ella y su educación, padres que basaban la crianza y la convivencia en el respeto, que se amaban a pesar de tener más de veinte años de casados, era esa clase de chica que no tenía la necesidad de trabajar o esforzarse para darse algunos lujo o llevar dinero a casa, la clase de chica popular y privilegiada que todos querían tener de amiga.
Y si, Karla era esa clase de chica, pero solo de su boca para afuera, siendo lo último lo único real gracias a la vida que adoptó e hizo creer a todo los demás que tenía, mientras la realidad era una muy diferente, no contaba con ninguno de los privilegios que tanto presumía, su realidad era oscura, triste y se negaba a aceptarla ocultandola tras una falsa sonrisa y en las cuatro paredes de su hogar, si podría llamar aquella su hogar.
Hasta que un día su falsa realidad comienza a verse amenazada tras la llegada de él, Evan, su vecino, que no solo comienza a vivir en la casa de al lado si no que además irrumpe en su falso mundo comenzando a estudiar en el mismo colegio que ella, generándole un terrible temor de ser descubierta y expuesta sobre su farsa, farsa que era lo único que la mantenía en pie día a día y que la hacía soportar todo el peso de excremento que caía sobre sus hombros cada noche.
¿Cómo haría para seguir manteniendo su mentira? Si existía una persona inflitrada en su mundo de mentira que conocía su realidad ¿Cómo haría para deshacerse de él y no sentirse constantemente amenazada? Era momento de tomar cartas en el asunto y hacerlo desaparecer de su vida o usarlo a su favor de alguna forma.
Historia escrita para NaNoWriMo y el reto de 50k
#NaNoWriMo2021
#Reto50k21
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.