El deseo es lo prohibido; atrae. Conocer a Aniel Monceverch no estaba en mis planes, mi error fue enamorarme ciegamente. Cuando mi mente sabía demasiado bien que ella solo me usaba, que no me quería, la confundí con un ángel y termine descubriendo a un demonio, uno que siempre conseguía lo que quería.All Rights Reserved