En su primera vida, fue el hijo del Duque Héroe, aquel hombre que todos veneraban como salvador del reino... pero que, en la intimidad del hogar, lo convirtió en un prisionero de expectativas y castigos. Obligado a ser la pareja de la princesa y a vivir bajo una presión insoportable, cometió un único error imperdonable: golpear al príncipe heredero. La sentencia fue inmediata... la guillotina lo esperaba.
Sin embargo, cuando la hoja descendió sobre su cuello, no encontró la muerte, sino la misericordia de Dios. Al abrir los ojos, descubrió que había regresado al cuerpo de su yo de ocho años.
Con el corazón marcado por la traición de su padre y la carga de una vida rota, toma una decisión irrevocable:
ya no buscará el amor paterno, no se dejará encadenar a la princesa, ni vivirá bajo los hilos del destino.
Esta vez, vivirá como él decida.