Pero, para ella, el arte puede ser una persona, puede ser él.
Para él, el arte puede ser una persona, puede ser ella.
Para ella, la manera en la que él sonríe puede ser arte.
Para él, la manera en la que ella toma el lápiz o él pincel puede ser arte.
Para ella, la manía que él tiene por juntar las cejas cuando analiza su trabajo puede ser arte.
Para él, el sonido de la risa de ella acompañado de los diminutos hoyuelos en su mejilla derecha puede ser arte.
Para ambos, el otro es el mejor arte que alguno podrá ver y alguna vez verá por tan únicos que son a los ojos del otro y lo seguirán siendo siempre.
¿Que pasa cuando dos familias son enemigas,? Freen Sarocha y Rebecca Armstrong tendrán que luchar en contra de sus apellidos... y ver si el amor vencerá o podrá más el odio...