Lo primero que Kakucho había moldeado alguna vez, fueron aquellos pendientes. Rectangulares, de arcilla pintada por manos infantiles y cubiertos de resina transparente para que fueran brillantes y el dibujo quedara protegido. Lo segundo, fue el cuerpo de Izana, el chico que le hizo amar el invierno. © Los personajes no me pertenecen, créditos a Ken Wakui » AU basado en el canon » Comenzado el 09/11/21, terminado el 04/12/22