Ryu Ishikawa cayó enamorada de el único chico que sus garras no podían tener y eso la desquiciaba. Le desquiciaba saber que, no importaba que tanto hiciera, el contrario ya estaba feliz con alguien más, y, a sorpresa de todos sus conocidos, la chica nunca intervino. Prefirió dejar que el chico que amaba estuviera lejos de ella, porque eso es lo que una dama con principios haría. Prefirió alejar sus manos de las llamaradas en un intento de dejar que el chico que le gustaba fuera feliz... ¿Quién pensaría que esa era la opción incorrecta?